El crecimiento del reparto urbano, la precariedad del sector y el aumento de la siniestralidad obligan a replantear el modelo. Plataforma Nacional exige un plan integral que proteja al conductor profesional.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha celebrado recientemente una jornada dedicada exclusivamente a las furgonetas, uno de los vehículos más comunes en nuestras carreteras y ciudades, pero también uno de los más olvidados en términos de seguridad vial y reconocimiento profesional.
El auge del comercio electrónico y la logística de última milla ha disparado el uso de furgonetas en España. Según la propia DGT, el parque de este tipo de vehículos ha crecido un 23% en la última década, frente al 15% de los turismos. Sin embargo, esta expansión no ha ido acompañada de una mejora en la seguridad ni de un marco regulador adecuado.
Desde Plataforma Nacional, consideramos urgente que se deje de ignorar a un colectivo esencial para el tejido económico del país: los conductores profesionales del transporte ligero
Un repunte preocupante en siniestralidad

Durante 2024, las cifras fueron claras:
- 79 fallecidos en siniestros con furgoneta en vías interurbanas (casi el doble que en 2023).
- Aumento de heridos hospitalizados: de 138 a 190.
- Elevado impacto en zonas urbanas, con 6 fallecidos y numerosas víctimas entre peatones, ciclistas y motoristas.
Además, el 41% de los conductores de furgoneta fallecidos dio positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, y la antigüedad media de los vehículos implicados supera los 14 años (hasta 16,7 años en los siniestros mortales).
Desde Plataforma Nacional denunciamos que estos datos no son sólo cifras: son vidas rotas y familias afectadas por un modelo que exige mucho y ofrece poco.
Un colectivo sin protección ni reconocimiento
La furgoneta, tal y como ha expresado la DGT, ha sido el “vehículo olvidado”. A diferencia de camiones o autobuses:
- No exige un permiso especial.
- No requiere tacógrafo.
- No está sometida a inspecciones técnicas específicas de transporte.
- Sus conductores carecen de formación reglada y protección específica.
Todo ello crea un vacío legal y laboral que precariza al conductor y pone en riesgo su vida y la de los demás. En muchos casos, el conductor de furgoneta es autónomo o trabaja para terceros con jornadas interminables, sin descanso regulado y sin seguridad laboral.
La expansión del reparto y el desgaste del sector
Los expertos coinciden: el uso intensivo de las furgonetas está directamente vinculado al modelo actual de consumo y reparto.
- Las más nuevas recorren hasta 28.000 km al año, mientras que las usadas en transporte público superan los 50.000 km.
- El renting y el alquiler son cada vez más comunes, lo que dificulta el control técnico del vehículo.
- Casi el 40% del parque circulante tiene más de 20 años.
Este modelo no sólo afecta a la seguridad vial, sino que exige un esfuerzo titánico a los trabajadores del sector.
Plataforma Nacional exige medidas concretas
La DGT ha anunciado un Plan Operativo de Vigilancia y Control de Furgonetas, pero desde Plataforma Nacional insistimos: la solución no puede ser solo más controles, sino una respuesta integral que incluya:
✅ Creación de un marco jurídico que regule el sector del transporte ligero
✅ Equiparación progresiva con los conductores profesionales de transporte.
✅ Formación específica y obligatoria.
✅ Limitaciones de jornada realistas.
✅ Renovación del parqué y revisión técnica adaptada.
✅ Seguridad social y derechos laborales garantizados.
No se trata de máquinas: se trata de personas
Tal y como señalaba el director del Observatorio de Seguridad Vial, “no se trata solo de números, sino de un parque envejecido, largas jornadas y uso intensivo que aumentan el riesgo”.
Desde Plataforma Nacional hacemos un llamamiento a todos los profesionales del sector: no estáis solos. Trabajamos cada día para que se reconozcan vuestros derechos, se escuchen vuestras necesidades y se os proteja como los verdaderos pilares del transporte.