Recientemente hemos escuchado que Europa presiona a España para subir los impuestos del diésel, y es que cuando se trata de medidas impopulares, siempre parece que la culpa es de Europa.
La verdad no es que Europa imponga a España que aplique esta medida, si no, que Europa recuerda a España que cumpla el compromiso que adquirió cuando presentó un plan de viabilidad para devolver las ayudas que no suponían un coste cero.
Ahí fue cuando España trasladó su intención de incrementar casi en 10 céntimos el litro del gasoil, pero con la misma regla de tres, podría haber dicho de bajar los sueldos a los diputados (por ejemplo) o de hacer cumplir la Ley de costes para una mayor facturación de los transportistas, y a su vez, y en consecuencia, una mayor recaudación de impuestos.
Porque Francia también es un País Europeo, y tiene una Ley de costes que asegura rentabilidad y responsabilidad a todos aquellos que intervengan en un contrato de transporte (por eso los viajes dentro de Francia nos gustan tanto a los españoles)
Pero en este caso, el Gobierno Español, le decía a Plataforma que era una medida muy brusca para los cargadores, que les diéramos tiempo, y después de casi 3 años, seguimos con una Ley inhábil, que mantienen para no molestar al poder económico, y dejar que sigan haciendo caja a costa de las costillas de los pequeños transportistas.

Pues si somos Europa, somos Europa para todo, y cualquier Ley que funcione en un País Europeo, es válida para copiar y aplicar en otro.
«No nos vendan la burra, y dejen ya de exprimir a la gallina de los huevos de oro».
Antes de subir ningún impuesto, antes de asfixiar más a los transportistas, darnos el derecho de trabajar bajo un marco regulatorio que combata el abuso y la calamidad.
Cada vez los productos le cuestan más caros a los consumidores, y en cambio a los transportistas, cada día nos pagan menos por nuestro trabajo, y si, nos pagan, porque cuando queremos poner precio a nuestro trabajo, los señores cargadores con el beneplácito del Gobierno de turno, importan la mano de obra para seguir pagando precios de hace 30 años.
Por tanto;
1° Posibilidad de repercutir por Ley los costes, ante un mercado dominado por los grandes operadores de transporte.
2° Hablen con el sector antes de comprometer nuestra economía como moneda de cambio en Europa.
3° Gestionen bien los dineros públicos, y no destinen el dinero de la sanidad, educación, mantenimiento de carreteras, etc.. a otras cosas muy distintas.
4° Ya estamos hartos de pagar siempre los trabajadores los convites de aquellos que ni tan siquiera son capaces de ganárselo.
Con toda nuestra atención y respeto, al Gobierno de España.