426.000 puestos vacantes. Esa es la cifra que refleja el último informe de la IRU sobre la escasez de conductores de camión en Europa. Una cifra alarmante que crece año tras año y que evidencia una situación insostenible. En apenas 12 meses, el número de vacantes ha pasado de 233.000 en 2023 a más de 426.000 en 2024.
Un crecimiento desorbitado que no se soluciona con parches ni con medidas improvisadas, y que pone al límite al sector del transporte por carretera en Europa.
La respuesta europea: rebajar la edad, abrir fronteras y mirar hacia fuera
Ante este escenario, los responsables políticos de la Unión Europea han optado por medidas que buscan ampliar el acceso a la profesión:
- Establecer los 18 años como edad mínima para conducir camiones profesionales.
- Permitir la formación desde los 17 años.
- Facilitar la entrada de conductores de terceros países a través de nuevas vías de contratación y visado.
Además, se han puesto en marcha programas como SDM4EU o STEER2EU, que conectan países con excedente de conductores con otros con escasez, y se promueve la formación y certificación internacional para acelerar el acceso a los puestos vacantes.

Pero… ¿es esta la solución?
Desde Plataforma Nacional, lo decimos claro: NO. No se trata solo de cantidad. El verdadero problema del transporte no es que falten personas, es que sobran motivos para no entrar —o para salir— de esta profesión.
👉 Horarios inhumanos, condiciones laborales abusivas, sueldos que no compensan los sacrificios, ausencia de conciliación familiar, falta de áreas de descanso dignas, pagos tardíos y una legislación que no protege al transportista. Eso es lo que ahuyenta a los conductores jóvenes y hace que muchos abandonen.
👉 Mientras Europa busca mano de obra fuera, sigue ignorando las razones que hacen que aquí dentro nadie quiera seguir al volante. Reducir la edad o traer trabajadores del extranjero no resuelve los problemas estructurales del sector, los encubre.
Profesionalización sin precariedad
Sí, desde Plataforma Nacional también creemos que hace falta profesionalizar el sector, y apoyamos que se promuevan programas de formación, inserción laboral y reconocimiento profesional. Pero eso no puede hacerse a costa de abaratar costes ni de precarizar aún más el trabajo.
Nos oponemos frontalmente a que la falta de conductores se utilice como excusa para introducir camiones más largos, más pesados o más inseguros, o para abrir la puerta a una competencia desleal y sin garantías mínimas para el trabajador.
¿Y ahora qué?
El transporte necesita soluciones reales y valientes. Y desde Plataforma Nacional tenemos claro el camino:
- Jubilación digna y anticipada para quienes ya han dejado media vida en la carretera.
- Retribución justa y tiempos de pago razonables.
- Contratación con garantías legales, sin subcontratación encubierta ni cesión ilegal.
- Conciliación familiar real.
- Más control en la entrada de operadores internacionales y condiciones equiparables para todos.
Mientras tanto, seguiremos denunciando los abusos, exigiendo cambios y defendiendo al transportista de a pie. Porque no hay futuro para el transporte si seguimos mirando hacia otro lado.