1º En primer lugar
La fuerza sin control no sirve de nada, y de nada nos sirvió haber logrado el éxito de fuerza que PLATAFORMA mostró en el año 2008 si la historia tiene como final lo que aconteció por aquel entonces.
Mirar, de aquel pequeño grupo de transportistas que hizo posible la existencia de PLATAFORMA quedamos muy pocos, pero los que quedamos seguimos pensando y sintiendo lo mismo que nos motivó a lanzarnos al vacío en aquella época.
Hoy después de más de una década, la situación es mucho peor en todos los sentidos que era entonces y nos han arrebatado y dividido mucho más.
Vemos día a día como no le importamos a nadie, solamente se quiere que sigamos moviendo el mundo con la boca tapada y la mirada caída.
Los precios son ruinosos, los plazos de pago con vencimiento a la comodidad del que más tiene, ausencia de formalidad y consideración por parte de nuestros cargadores y políticos ya que somos utilizados y despreciados cuando pedimos lo nuestro.
Desamparo total ante las muchas situaciones de abuso a las que somos sometidos a diario en centros de carga y descarga igual que ante restricciones injustas a la circulación por cualquier causa no consensuada con el Sector.
Trama corrupta y planeada desde las administraciones y cargadores para crear competencia desleal consintiendo distintas formas de acceder y operar en el sector, con falsas cooperativas y empresas des-localizadas que solo provocan la división y el enfrentamiento entre nosotros.
Lo que no han podido lograr, por lo menos en la persona que hay detrás de estas letras, es la resignación de pensar que el transporte “no tiene solución” y que esto es lo que hay sin posibilidad de mejoría ni cambio para el eslabón más débil (El transportista) y digo más débil porque en eso se ha convertido por no saber “ver” que realmente es todo lo contrario.
Creemos que ha pasado el tiempo suficiente para volver a la reaparición de una herramienta que nunca debió haber desaparecido, pero que por las circunstancias que acontecieron así ocurrió.
Tenemos que comenzar a reconstruir los cimientos de la muralla que nos de cobijo y protección, y eso es tarea y obligación de todos.